sábado, 10 de abril de 2010

Chalchihuitlicue La Sra. de las Aguas Vivas

CHALCHIHUITLICUE

AGUA

La clave del origen es la Luz y la vía adecuada para acceder a ello es el agua, a la que más me gusta llamar: LA AGUA.

La Diosa Chalchihuitlicue, La Señora de las Aguas Vivas, Señora de la Falda de Jade, Acuecuéyotl “falda de ondas de agua”, Apozonálotl “espuma de agua”, es considerada una Diosa Madre de los mantenimientos, es una de las manifestaciones de Ipalnemohuani, a la que el ser humano debe específicamente su supervivencia, la satisfacción de sus necesidades básicas.

A Chalchihuitlicue le corresponde el numeral Ocho Malinalli, Ocho Hierba. El número ocho Chicuyei o Chicueyi, está compuesto del 5 y del 3, los cinco dedos de una mano, más tres dedos de la otra.

Macuilli el cinco es la movilidad que lleva a la evolución, base del pensamiento de Quetzalcoatl. El tres Yei o Eyi se asocia a Chalchihuatl, al Agua Preciosa de la Vida, la Sangre del planeta, la Sangre del cuerpo.

El número ocho está constituido geométricamente por un cuadrado y una cruz, símbolos de la materia y el espíritu, las formas piramidales vistas en un plano ubican de manera perfecta este concepto.

El ocho representado por un octágono, simboliza la figura intermedia entre el cuadrado manifestación del orden terrestre y el circulo manifestación del orden celeste, por lo tanto es símbolo de regeneración, de balance y alianza entre lo celeste y lo terrestre, conteniendo en su centro el equilibrio perfecto.

El simbolismo de la Diosa Chalchihuitlicue nos ubica nuevamente en los misterios de la sangre, de las claves espiralinas del ADN. Precisamente en el movimiento del agua encontramos siempre una espiral, forma espiralina del Chalchihuatl, del agua preciosa de la vida, de la esencia humana.

La forma espiralina nos remite de nuevo a la hierba torcida, al Mecatl, con el cual medimos y trazamos figuras geométricas. El agua en su estado intacto posee una estructura cristalina, es decir posee formas geométricas que son sinónimas de información y memoria.

Las formas geométricas de los cristales, son la manifestación de energía transformada en materia y en una molécula de agua encontramos que se forma un tetraedro y al unir cuatro tetraedros se forma una pirámide con un ángulo de inclinación de 52 grados.

El signo de Atl – Agua, en el universo Náhuatl, es representado como agua en movimiento y surgiendo de una vasija vista de perfil. También aparece en él, la triple voluta que simboliza la Piedra y la Sangre que brota del corazón. Es evidente la asociación de agua-sangre-piedra, la piedra floreciente en el lugar en donde se unen el azul y el rojo, el agua quemada, el atlachinolli.

La vida se origino en el mar, y el agua de mar contiene sal, el cual es un ingrediente básico para la vida. La ciencia nos dice que la sangre posee una solución salina idéntica al agua marina, al igual que el líquido amniótico del vientre materno. Así también el ADN, la molécula base de todos los organismos conocidos, requiere para su metabolismo y reproducción, estar en contacto con una solución acuosa.

En el ser humano el agua es necesaria para disolver los minerales esenciales y el oxigeno, el agua limpia el cuerpo de desechos, al igual que transporta los nutrientes a los diferentes órganos, el agua es el elemento diseñado para generar VIDA.

Agua y Sangre: Todo el cosmos es una cruz viviente.

En alguna información científica presentada con respecto a la sangre, por la doctora Ma. Esther del Río, se muestra un holograma de ella, el cual proyecta una luminosa cruz. Me pareció de lo más interesante, ya que la Cruz es el símbolo de la madre tierra y nosotros sus hijos, portamos en nuestro ser el símbolo de nuestra identidad y origen.

Estamos en un ciclo en el que es vital ir quitando la paja del trigo e ir encontrado los elementos que forman los factores de la identidad común de la humanidad y hermanarnos.

La ciencia actual nos dice que el agua de mar es Luz de sol liquida, portadora de los biofotones más puros, ya que en los cristales cúbicos de la sal, se ha capturado la energía luz de los orígenes.

La presencia de la sal en el organismo es importantísima, permite la conductividad eléctrica, otorga el llamado balance electrolítico, el cual permite que seamos capaces de pensar, de establecer un balance hormonal y tener potencia sexual. La presencia del agua y la sal en el organismo es lo que nos mantiene vivos.

Cabe hacer hincapié a una cualidad realmente trascendente: la Memoria del Agua. Ella responde a la actitud emocional, al pensamiento y a la palabra de quienes nos relacionamos con ella, manifestando las formas geométricas asociadas con este pensar, hablar o sentir.

Es realmente elocuente tomar en cuenta que al Viento Tlahuiztlampa, el rumbo del poniente, la casa de las mujeres guerreras, el lugar en donde se origina el cambio en los seres humanos, se asocia al elemento Agua.

La energía femenina de Chalchihuitlicue, vinculada con la naturaleza emocional del ser humano, con el hemisferio cerebral derecho, con la naturaleza nagual que conecta con lo abstracto, con la matriz de los orígenes, nos impulsan a dar forma a nuestro universo tonal, a ser arquitectos de la obra que se manifiesta en nuestro ser y a nuestro alrededor, a crear un nuevo paradigma sintiendo lo que pensamos, pensando lo que sentimos.

El lenguaje de los símbolos de Chalchihuitlicue indican que la transformación y el cambio son siempre posibles, que la materia prima de la Gran Obra reside en nosotros mismos, que en la naturaleza femenina de las cosas, manifiesta en todo ser humano, ligada en especial a su capacidad de AMAR, reside la vía que lleva al Florecimiento, a la conversión de su materia en luz, lo que marca el camino del Real Retorno a los Orígenes.

Con el AGUA bien encauzada todo florece.

Con amor inphinito: Lolita Vargas Malinalticitl


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